Elegir cómo nos queremos sentir es un acto de empoderamiento que nos permite tomar las riendas de nuestra propia vida emocional.
En la mayoría de las veces caemos en la trampa de creer que nuestras emociones son completamente reactivas, que simplemente «nos suceden». Sin embargo, la realidad es que, en gran medida, tenemos la capacidad de influir en cómo nos sentimos.
Cuando elegimos cómo nos queremos sentir, estamos reconociendo que nuestras emociones no son simplemente dictadas por eventos externos, sino que también son moldeadas por nuestra percepción y nuestra actitud. Esta elección consciente nos invita a examinar nuestras reacciones emocionales y a modificarlas en la medida de lo posible.
Al elegir cómo nos queremos sentir, nos fortalece para desafiar pensamientos negativos, para buscar perspectivas más positivas y para adoptar hábitos que fomenten emociones saludables. Esto no significa ignorar las emociones difíciles, sino reconocer que tenemos la capacidad de influir en cómo nos afectan y cómo respondemos a ellas.
Este enfoque nos permite cultivar intencionalmente emociones como la gratitud, la alegría, la serenidad y la compasión, incluso en medio de circunstancias desafiantes. Al hacerlo, fortalecemos nuestra resiliencia emocional y creamos un espacio interno para el crecimiento personal y la autenticidad.
Este acto de elección de como nos queremos sentir nos recuerda que en el vasto paisaje de nuestras emociones, somos capaces de ser arquitectos de nuestra propia felicidad.
Bendecido viernes.
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