(TRISTE REALIDAD)
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Morelia, Michoacán, 04 de junio de 2024. – “Para que me haces venir si no me dejan jugar y puras vergüenzas contigo apa”, era el airado reclamo del Panterita a su acongojado padre que escondía la cabeza entre las piernas mientras se frotaba la cara tratando de borrar las lagrimas de dolor e impotencia al enfrentarse a la cruda realidad, y es que en los apenas 40 minutos que el compañero Veles le dio oportunidad de jugar, El Flaco Farfán exhibió las carencias físicas que los años no perdonan, las esqueléticas piernas ya no le responden, los pulmones están agotados, los ojos cansados, las manos le tiemblan y pareciera que lo único que aun le funciona es la garganta porque para gritos y reclamos se pinta solo; ni una sola jugada se le vio al tísico compañero, salvo cuando paró el juego al caer al césped por un inminente calambre a la pierna, ¡estoy bien, estoy bien! decía, mientras ayudado por los compadecidos jugadores del equipo contrario se ponía de pie; pero ya no pudo jugar, y lentamente abandono la cancha con pasos cansados y temblorosos, respirando trabajosamente y haciendo el más grande esfuerzo por no caer desmayado…!Y lo logró ¡ no hubo aplausos, ni vivas, mucho menos el soñado homenaje donde se veía a sí mismo al centro de un estadio iluminado por una enorme estrella mientras los aficionados coreaban su nombre; ese fantasioso sueño de despedida era derrumbado por la cruel realidad, esa despiadada verdad que lo obligaba a recibir el airado reclamo de su avergonzado hijo que no comprendía la pesadilla que su padre estaba viviendo. El juego se reanudo y minutos después llegó el silbatazo final, uno a cero a favor del equipo contrario quienes no solo se llevaron los tres puntos, sino que de paso le arrebataron al Flaco Farfán la ilusión, la pasión y las ganas no solo de jugar, si no de vivir, porque a un aficionado al deporte más popular del mundo, como lo es el escuálido y cansado policía, quitarle un balón y retirarlo de las canchas, es como arrancarle el mismísimo… corazón.
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