El vacío existencial.
El vacío existencial es una experiencia profunda y compleja que puede presentarse en distintas etapas de la vida. Esta sensación, habitualmente asociada a la búsqueda de propósito y significado, constantemente surge de una desconexión interna y una sensación de alienación respecto a uno mismo y a los demás.
Es un estado que puede manifestarse como soledad, falta de motivación y desinterés por las cosas que antes nos llenaban de alegría.
En este contexto, el vacio puede ser visto como la incapacidad para encontrar satisfacción en las actividades cotidianas o las relaciones interpersonales.
La vida puede parecer insipida y cuesta arriba cuando estamos rodeados de esta sensación de carencia.
Un fenómeno comun al que muchas personas recurren ante el vacío es el deseo de llenarlo con actividades, objetos o distracciones. Sin embargo, este enfoque a menudo es contraproducente. Lo que inicialmente puede parecer un antídoto para el vaciamiento emocional, a la larga puede incrementar la sensación de vacío.
La recomendación de la psicoterapeuta
Laura Emilia Martínez Avilés***, a la que
consulté para la elaboración de esta reflexión), es aceptar y tolerar esos momentos de vacío y aburrimiento. Estar aburrido es una parte natural de la vida, un estado que puede ser incómodo pero que también es enriquecedor.
Estos momentos de ausencia nos brindan una oportunidad para entrar en contacto con nuestros deseos auténticos y explorar nuestra creatividad.
En lugar de evadir la sensación de vacío llenándola con actividades superficiales, es esencial aprender a estar en contacto con ese espacio. La creatividad puede fluir cuando permitimos que el silencio y la introspección sean parte de nuestro proceso.
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Bendecido jueves.
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