noviembre 21, 2024

LA TAREA DEL VIERNES.

agenciaesquema.com

“Lo más despiadado no son las personas, sino el tiempo, lo más preciado no es el dinero, sino las emociones, lo más aterrador no es el amor roto, sino la insuficiencia mental y física, lo más cómodo no es el hotel, sino el hogar. Lo más desagradable no son las malas palabras, sino el desamparo. Se dice que lo mejor no es el futuro, sino el hoy”.

El valor y significado de nuestra vida.

Esta reflexión que me compartió, de su autoría, Tingting Jiahao (陳婷婷) nos invita a considerar las profundidades de la experiencia humana, desafiando nuestras percepciones sobre lo que realmente tiene valor y significado en nuestra vida.

El tiempo, esa corriente incesante e inevitable, se presenta como uno de los aspectos más despiadados. A medida que pasa, se lleva con él momentos, oportunidades e historias. Nos recuerda que lo que importa se desvanece, y que el futuro es incierto. Mientras que las personas pueden herirnos, el tiempo lo desgasta todo y muchas veces no hay nada que podamos hacer para detenerlo. Nos enseña a apreciar cada instante y a vivir con la máxima intensidad, porque en su inexorable curso, cada segundo cuenta.

Por otro lado, las emociones surgen como el verdadero tesoro de nuestra existencia. Lo más preciado no son la riqueza material o la acumulación de bienes, sino las conexiones, las risas compartidas y las lágrimas derramadas. Las emociones nos dan vida, nos hacen sentir completos y son las que realmente nos enriquecen.

El amor, con su capacidad de elevarnos y también de rompernos, puede parecer aterrador. Pero lo que realmente puede resultar abrumador es la sensación de insuficiencia, ya sea mental o física. Esa lucha interna, donde nos sentimos inadecuados, es una sombra persistente que puede minar nuestra autoestima y nuestra paz mental. Aprender a lidiar con esta sensación, aceptando nuestras limitaciones y reconociendo nuestra valía, se vuelve esencial para nuestro bienestar emocional.

En cuanto a la comodidad, el hogar no se mide en estrellas, sino en el calor de la cercanía, en la familiaridad de los espacios que habitamos. Un hotel puede ofrecer lujos, pero es el hogar el que nos abraza, donde podemos ser verdaderamente nosotros mismos. Esa sensación de pertenencia es invaluable y nos proporciona un sentido de seguridad en un mundo que a menudo puede ser incierto.

Finalmente, el desamparo emerge como una de las experiencias más desagradables. La impotencia de sentirse solo, sin apoyo ni comprensión, es un dolor que va más allá de las palabras. Promover la empatía y la conexión es fundamental para combatir este desamparo. A veces, un simple gesto de amabilidad puede marcar la diferencia en la vida de alguien que se siente invisible.

Bendecido viernes.

Redacción Agencia Esquema

Ver todas las publicaciones

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Abrir chat
¡Agencia Esquema te escucha!
Hola 👋
¡Agencia Esquema te escucha!