TEMA DEL DÍA
Alberto Linero
Viernes 30 de mayo de 2025

La alegría no es solo una emoción pasajera ni una simple reacción a las circunstancias. Es un don profundo que nace de la fe, de la certeza de que Dios está presente en nuestra vida, sosteniéndonos y dándonos razones para seguir adelante. No es una alegría ingenua que niega las dificultades, sino una alegría auténtica que permanece, incluso, en medio de los desafíos. Quien tiene fe no se deja vencer por la tristeza ni por el pesimismo, porque sabe que no camina solo.

La fe nos enseña a mirar la vida con esperanza, a encontrar luz en los momentos oscuros y a reconocer la belleza en lo cotidiano. La alegría de la fe no viene de la ausencia de problemas, sino de la seguridad de que, pase lo que pase, Dios nos acompaña y nos fortalece. Esta alegría no es egoísta ni se guarda para uno mismo. Al contrario, es una fuerza que se comparte, que contagia, que ilumina a otros. Un corazón lleno de fe no se encierra en sí mismo, sino que se convierte en testimonio de amor, de esperanza y de confianza.

Ser felices desde la fe es una responsabilidad, porque cuando vivimos con alegría, inspiramos a otros a encontrar sentido y plenitud en su camino. Por eso, cada día es una nueva oportunidad para elegir la alegría, no como un simple sentimiento, sino como una actitud de vida que nos hace más fuertes, más generosos y más humanos. Cuando confiamos en Dios, la alegría se convierte en nuestra bandera, en nuestra manera de vivir, en el reflejo de una fe que nos llena y nos transforma.

ORO POR TI
Padre Dios, sé fuente de alegría y gozo para esta persona que me lee, hazle saber que estás ahí para ella. Amén.

TAREA DEL DÍA
Ora en acción de gracias por tus motivos de alegría.

Redacción Agencia Esquema

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