noviembre 18, 2025
Agencia Esquema

AMOR, CELOS Y BIPOLARIDAD.

¿Qué tienes amiga? le preguntaba el compañero de curso a la afligida abogada, el rostro demacrado y las visibles ojeras eran la clara señal del llanto nocturno, un llanto que dada las características de la aspirante a representante social, este duró toda la noche…es por el chilang…? preguntó su amiga y chaperona, por lo que la respuesta fue inmediata !a ese perro lo odio! decía mientras lanzaba al aludido una reprochable mirada, por su parte el regordete litigante reía a carcajadas con otro reducido grupo de compañeros de curso viendo de vez en cuando de reojo a la furibunda compañera escolar quien tomaba esa acción como una afrenta, «maldito perro, ahora sí muy sonriente, pero ayer rogabas que te volteara a ver» decía entre dientes la enfurecida mujer mientras se limpiaba con fuerza las traicioneras lágrimas que rodaban por sus mejillas; y así, el día transcurrió lento, tan lento como el paso de una longeva tortuga, hasta que la tarde llegó y tal vez fue el hartazgo, la angustia o desesperación lo que provocó el irremediable reencuentro, o tal vez la naturaleza confabulo a su favor, pues a pesar de no ser temporada de lluvia, está apareció como por arte de magia, trayendo consigo un majestuoso arcoiris que enmarcó la desesperada reconciliación, la suave melodía del teléfono celular del jefe de grupo avivó la llama y el jurisconsulto con pasos suaves y cadenciosos se acercó a la dama iniciando así el ritual del amor, su obesa mano apenas tocaba las callosas manos de la ejercitada enamorada que ante el rose de su piel buscó su mirada, y…ya no hubo palabras, no hubo reclamos ni mentadas, solo suspiros que se escuchaban en toda el aula, la escena era el marco perfecto de un cuadro de amor y reconciliación, aunque de sus compañeros a nadie le importó, nadie siquiera volteó a ver a los bipolares tórtolos que con su ridícula e infantil conducta solo alimentaban la imaginación del cronista de este relato, y entonces el enamorado le preguntó; apoco no nos parecemos a Romeo y Julieta licenciado?, pregunta que casi ahoga de risa al escribano que ni tardo ni perezoso le recordó al abogado, que Romeo tenía 15 años y Julieta 13 cuando esa tragedia romántica ocurrió y que ellos les doblaban la edad, aunque con su actuar de veían aún más jóvenes que los icónicos personajes, o tal vez igual, palabras que a los tórtolos hicieron callar.
Y fue así como ese día concluyó, ella de la escuela se retiró, el, en el dormitorio de la universidad de quedó, ahora solo falta esperar que pasará mañana, o pasado en qué seguramente la historia se repetirá y los ridículos distanciamientos irremediablemente… regresarán.

Te puede interesar

Tema del día Feliz Navidad

Redacción