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Capula, Michoacán, 08 de octubre de 2025.– A 22 kilómetros de Morelia, por la carretera libre a Quiroga, se encuentra Capula, la tenencia reconocida a nivel nacional por su arte en barro y por ser el hogar de las emblemáticas catrinas de barro, figuras que se convirtieron en símbolo del pueblo y en una representación de la tradición durante el Día de Muertos.
Cada figura que nace del barro en Capula es una obra única. Elaboradas completamente a mano, las catrinas son moldeadas, cocidas, pintadas y decoradas con minucioso detalle. El proceso artesanal puede tomar desde dos días, en piezas pequeñas y sencillas, hasta dos meses, cuando se trata de obras complejas destinadas a concursos.
Además de las catrinas clásicas con largos vestidos y sombreros adornados, los artesanos de Capula crean calaveras-personaje que reflejan el ingenio popular y la identidad mexicana; monjas coronadas, rancheros, galleros, jinetes, deportistas, o al pedido del cliente, todas son esculpidas con minuciosidad y creatividad.
El trabajo de los artesanos de Capula cuenta con Indicación Geográfica Protegida (IGP), lo que garantiza la autenticidad de las catrinas de barro y protege su origen frente a imitaciones.
Cada año, desde finales de octubre hasta principios de noviembre, el pueblo se viste de fiesta con la Feria Nacional, Artesanal y Cultural de la Catrina de Capula, evento que reúne a cientos de artesanos, visitantes nacionales e internacionales y amantes del arte popular mexicano. Durante la feria, las calles se llenan de color, música y desfiles de “catrinas vivientes”.
Capula continúa siendo uno de los principales referentes de la alfarería michoacana, con una producción que combina tradición, creatividad y técnicas que forman parte del patrimonio cultural del estado.
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