agenciaesquema.com
Ni en mis más locos sueños o fantasías de escribano llegué siquiera a imaginar lo que aquella tarde de jueves me sucedió, el reloj marcaba las cuatro de la tarde y quince minutos cuando el árbitro marcó el inicio de aquel encuentro del Torneo Interno de Futbol, donde ambos equipos buscaban su pase a la siguiente ronda, sin embargo apenas transcurridos tres minutos de juego, las faltas entre ambas escuadras no se hicieron esperar, definitivamente era un juego ríspido, donde la cortesía nunca estuvo presente; y fue precisamente en una de esas bruscas jugadas en que sin pensarlo le grite a todo pulmón al árbitro “HEEY MARCALES O SE TE VA A SALIR EL JUEGO DE LAS MANOS”, ese grito el nazareno lo tomo como una mentada de madre o algo peor, pues de inmediato me retó con la mirada al tiempo que con su dedo índice me hacía la seña de guardar silencio, pero la cosa no quedó ahí, pues para que su autoridad no se viera rebasada soltó la contundente amenaza “te callas o amonesto a toda la porra”, pero yo no estoy con ningún equipo, replique, me vale, respondió el silbante…debo aceptar que la peculiar escena me arrancó una burlona sonrisa que el réferi tomó como un insulto más y sin pensarlo sacó el cartón amarillo, para enseguida mostrárselo a toda la banca y porra de uno de los contendientes (que eran los más cercanos a mi), tal situación me dio pena y volví a recriminar al árbitro que no era justo pues yo no estaba con ningún equipo, ya te dije que me vale, respondió el altivo silbante que haciendo gala de prepotencia también le mostró el mismo cartoncillo a la banca y porra más cercana a mi persona, “y a nosotros porque” recriminaron estos últimos, por si las dudas, respondió el árbitro. Esta vez no emboce una burlona sonrisa, en realidad solté una sonora carcajada, motivo suficiente para que el árbitro cual toro de lidia corriera hacia mi persona y a escasos tres metros se plató y… ME MOSTRO LA TARJETA ROJA, salga de la cancha me decía con insistencia, pero estoy afuera, replique, que salga de la cancha señor o no reanudo el juego, sobra decir que ante la inusual escena, la sorpresa de los ahí presentes fue mayúscula y opte por retirarme lentamente soportando estoicamente la pena que me causó el incidente, sin embargo después de checar el reglamento del actuar de los árbitros de futbol, en ninguna parte se estipula que entre sus facultades este la de expulsar a un aficionado, reportero, comentarista o mirón…creo que me chamaquearon.
Deja un comentario