No hizo falta que Nostradamus lo profetizara, simplemente tenía que pasar, lo que estaba por venir era tan inevitable como la noche después del atardecer, y lo que por solo unas horas fue miel, en segundos se convirtió en hiel, la toxicidad de la abogada pronto apareció y los celos del regordete abogado complementaron la ecuación, el resultado…lo que todos ya esperaban, un ridículo distanciamiento disfrazado de rompimiento, el detonante, la sonrisa metálica (la dama usa brackets), hacia los integrantes de la trilogía investigadora y eso para el jurisconsulto era más que un insulto, la risa del aspirante a Ministerio Público ya se tornaba forzada mientras estoicamente aguantaba las indirectas de quiénes lo rodeaban; el pase de lista previo a la salida del plantel pausó la tensa situación y el abogado de profesión en un último y desesperado esfuerzo optó por abandonar la universidad sin siquiera el baño de rigor y la ropa para galanear, ella por su parte altiva y airosa hacía tiempo deliberadamente en el estacionamiento del centro escolar, como quien no queriendo pero sabiendo que cedería a la nueva reconciliación del ofendido galán…lo que como era de esperarse sucedió y al parecer está historia se repetirá una y otra y otra…vez.
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