Aún no amanecía y el ya estaba despierto, el baño de agua fría alertó aún más sus sentidos, la impecable camisa blanca combinaba perfecto con los jeans Levis color azul tradicional, ese día por ser especial los acostumbrados zapatos tenis se quedaron bajo la cama y su lugar fue tomado por los bien lustrados mocasines negros, el peinado estilo Benito Juárez complemento su impecable apariencia, esa que exigía la ocasión, caminó apenas una cuadra y el vehículo de plataforma previamente solicitado hizo su aparición, «al centro de favor» indicó el abogado quien durante el trayecto guardo silencio, su mirada fija en el horizonte indicaba que mentalmente estaba en otro lugar; y así en menos de 15 minutos el DIDI llegó a su destino, los cánticos religiosos apenas se percibian en la calle, aunque al paso del recién llegado al templo de Fé, estos incluso opacaban las voces de quienes se encontraban en el lugar.
El caminar del abogado fue lento y tímido a la vez, hasta que fue interceptado y recibido por quien le hizo la invitación, «adelante hermano, estás en la casa del señor» le dijo el anfitrión mientras lo conducía al interior, y entonces inicio la celebración, todo era paz, armonía y relajación, las suaves notas y cánticos eclesiásticos parecían darle al lugar color y a pesar de que no había música de los Angeles Azules como el invitado llegó a creer, se la paso muy bien, tan bien que prometió cambiar, dejar de tomar alcohol y entregarse solo a una mujer, esa que dice le ha robado el corazón la razón y parte de su ser, prometió cambiar y pidió al creador que le hiciera el milagro y a la dama le quite los celos y la bipolaridad…los milagros existen, nadie lo puede dudar aunque siendo honestos, no creo que esté se llegue a concretar.
Por lo pronto el primer paso está dado y el enamorado abogado inicio este día con la firme promesa y el grito de «HOY VOY A CAMBIAR».
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