Leí esta semana “Tras la puerta del poder” del columnista Roberto Vizcaíno, sobre las encuestas serias que, efectivamente, conforme avanzan las campañas, estrechan la diferencia entre Xóchitl y Claudia, mientras otras, como Mitofsky, ya no cucharean, sino avientan palazos a favor de la candidata del oficialismo. Creo que ha llegado el momento de que este instrumento de mercado electoral sea regulado, porque su mala práctica es inmoral y dañina a la democracia. Bueno fuera que incluya su publicación la leyenda: su uso es con fines propagandísticos.
Pero el dato revelador del columnista, es el crecimiento de la tasa de rechazo conforme se acerca el 2 de junio: mientras en marzo, Reforma reportaba 47 por ciento y Massive Coller 43 por ciento, ahora es de 50 por ciento. Las entrevistas telefónicas por sistema robotizado alcanzan el 95 por ciento. Mi lectura es la saturación y poca confiabilidad; quien va a votar, ya decidió.
Este segundo debate es importantísimo y el tercero (19 de mayo) la última llamada. Como quería, López Obrador logrará estar en ellos. Es tan egocéntrico y narcisista, que no acepta no estar en las grandes discusiones y momentos para las y los mexicanos. Y es que no es lo mismo sus tres o cuatro millones de seguidores en redes, que los 13 millones y más, que están jalando los debates.
Claudia Sheinbaum ya adelantó que defenderá “lo que ha hecho en el país el presidente López Obrador”; su política del humanismo mexicano, la 4T y sus resultados y el “nuevo modelo económico”. “Todo mundo felicita a México por el manejo económico en la crisis de la pandemia. Es decir, hay resultados y además, se apoya al que menos tiene, con el sentido humanista y de justicia social que caracteriza nuestro modelo”.
Buen punto para el cara a cara de los “otros datos” con los de la realidad nacional, soportados en los organismos autónomos que todavía sobreviven como el Inegi, el Coneval, el INAI, la Cofece y Comisión Reguladora de Energía.
Xóchitl Gálvez, ya dijo -y más le vale-, que va con todo este domingo: arrinconar a la Shein para que responda y no se haga la occisa sobre los destrozos. “La van a entrenar para no contestar, porque si contesta tendría que contradecir al Presidente, tendría que reconocer que hubo incremento de pobreza extrema; no lo va a hacer nunca, porque ella le tiene miedo al Presidente”.
Ha de ser así. De otra manera, ya habríamos conocido a la verdadera Claudia…
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