Y eso es lo verdaderamente peligroso para México: no saber, si gana Claudia, quién realmente estará en la Presidencia.
A ver. López Obrador dice que a partir de septiembre se va a “La Chingada” a escribir libros. ¿Por qué entonces la urgencia de las reformas a Pensiones, Amparo y Amnistía, y en puerta, la del Poder Judicial? Fácil. La transexenalidad de su proyecto político. No estará en cuerpo, pero si en mente y “alma” -si es que tiene- para concretar la “revolución de las conciencias” por autoritarismo porque es, desde su idea, la única manera de conducir al “pueblo” por el camino del bien; sin oposición, sin críticos ni resistencias.
El desmadre económico que deja, será fenomenal. Pero para ello cuenta con la reserva fresca de los ahorros del pueblo trabajador. Son 6.1 billones de pesos de los que puede echar mano para terminar y mantener por el tiempo que sea necesario, el subsidio a sus elefantes blancos, el AIFA la aerolínea Mexicana, Dos Bocas, Tren Maya, el Transístmico, los trenes de pasajeros, la megafarmacia, etc.
Las Afores, desde Enrique Peña Nieto, han sido el principal prestamista del Gobierno Central. Con el priísta se fondeó 1.6 billones de pesos a través de instrumentos como Cetes, Udibonos, Bonos y Bondes, de acuerdo al Banco de México. Este sexenio, los empréstitos se han duplicado a 3.3 billones de pesos.
El tema, que todo crédito implica un interés, y el gobierno, como todos, los tiene que pagar. Esto es lo que no le gustó a AMLO. Por eso quiere deshacerse de las Afores y manejar desde el Fondo de Pensiones del Bienestar, los ahorros de los trabajadores para autoprestarse sin cargos. Si gana la 4T el Congreso General, las eliminará de un machetazo, como lo hizo con los 109 Fondos y Fideicomisos y cuyos recursos -más de 68 mil mdp- nunca se supo dónde quedaron.
Entonces, aceptémoslo: el Fondo de los 70 y más es solo el comienzo. Las centrales obreras y sindicatos expresaron su desacuerdo, pero hasta ahí. Ya no se mueven porque están viejas y les da hueva.
Sobre los juicios de amparo que resuelvan la inconstitucionalidad de casos generales, los jueces ya no tendrán la facultad de dictar suspensiones; así, empresas, instituciones o ciudadanos que busquen el amparo contra una obra de gobierno u acto de autoridad, quedarán en la absoluta indefensión porque un juez ya no podrá hacerlo y se chingan.
Si el Presidente de la República ya contaba con la prerrogativa del indulto, ¿por qué López Obrador quiso la metafacultad de ordenar la liberación inmediata y sin efectos jurídicos, de la persona o personas, consignadas, con o sin sentencia, que se le pegue la gana?
No nos hagamos. Presos políticos no hay; mujeres inocentes, un montón, pero no le importan. Pero más, asesinos, secuestradores, violadores y mataniños. ¿A quién quiere amnistiar? Para esta columnista, extender el manto de impunidad y protección a toda su gente que en su gobierno robó al país; a sus hijos y amigos, parientes, ex colaboradores, como Hugo López Gatell. Rocío Nahle, la ex secretaría de Energía y candidata de Morena a gobernadora de Veracruz, se está volando la barda. Están los gobernadores de su partido que terminan este año, como Cuauhtémoc Blanco, Cuitláhuac García, de Veracruz, la propia Ciudad de México que podría perder, y los que sigan.
López Obrador decidió que fuera Claudia la que continúe su proyecto político transexenal que va a costar mucho más de lo que ya gastó del dinero del “pueblo”. Y él estará ahí, como su sombra, para evitar que se desvíe un ápice. Le impondrá el gabinete, todo; política interna y externa. Claudia será una “primera dama del país” en la oficialidad y representación del obradorato, seis años después.
Pero primero que gane…
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