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«El orgullo de quienes no pueden edificar es destruir»
Esta estupenda frase atribuida a Alexandre Dumas**, revela una verdad inquietante sobre la condición humana. Esta reflexión nos invita a explorar la psicología detrás del comportamiento destructivo y su conexión con la impotencia creativa.
De manera constante, aquellos que no pueden aportar algo valioso a la sociedad, ya sea por falta de habilidades, oportunidades o motivación, sienten un vacío en su interior. En lugar de enfrentar esta carencia, optan por un camino más oscuro: desmantelar lo que otros han construido. Este acto de destrucción se convierte en una forma de afirmar su existencia, aunque sea de manera negativa.
La destrucción puede parecer una respuesta fácil y rápida a una sensación de impotencia, pero en realidad, revela inseguridades profundas. El orgullo mal enfocado de destruir lo que otros han logrado es, finalmente, un intento fallido de sentirse superior. Sin embargo, esta estrategia rara vez proporciona el orgullo genuino que proviene de la creación y la contribución.
La verdadera fortaleza y la satisfacción se encuentran en el acto de edificar, de aportar algo positivo y duradero al mundo. Al enfocarnos en construir, ya sea en nuestra vida personal, profesional o comunitaria, cultivamos un sentido auténtico de orgullo y realización. Estamos en un lugar donde podemos inspirar a otros, dejar una huella significativa y fomentar un ciclo de creatividad en lugar de destrucción.
** Alexandre Dumas fue un prolífico autor del siglo XIX conocido por sus obras de ficción, como «Los Tres Mosqueteros» y «El Conde de Montecristo», que exploraban temas de honor, venganza y justicia. Su estilo literario vívido y sus personajes memorables lo convirtieron en uno de los escritores más influyentes de su tiempo.
Bendecido lunes.
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