- El arte de diferenciar entre lo que es, lo que fue y lo que será.
Muchas veces, nos encontramos atrapados en los ecos del pasado, reviviendo experiencias que ya no nos sirven o que, en lugar de enseñarnos, nos anclan a un tiempo que ha pasado. Esta confusión entre el pasado y el presente puede limitar nuestra capacidad para vivir plenamente en el aquí y el ahora.
Por otro lado, la proyección hacia el futuro también puede convertirse en un obstáculo. Soñar y planificar son aspectos importantes de nuestra existencia; sin embargo, cuando nos obsesionamos con lo que será, podemos perder de vista la riqueza de lo que es. La anticipación de eventos futuros, si bien puede motivarnos, también puede generar ansiedad y miedo, haciéndonos descuidar las oportunidades presentes. Es vital encontrar un equilibrio entre la reflexión sobre el pasado, la apreciación del presente y la preparación para el futuro. Al hacerlo, cultivamos una mayor conciencia y gratitud por lo que tenemos en el momento actual.
Separar lo que es de lo que fue y lo que será, no significa desestimar nuestras experiencias pasadas, ni ignorar nuestras aspiraciones futuras. Más bien, implica integrar esas dimensiones de nuestra vida de manera consciente. Debemos aprender de lo que fue, reconociendo sus lecciones sin permitir que nos definan. Del mismo modo, al contemplar lo que será, es esencial hacerlo con una mente abierta, entendiendo que el futuro es incierto y que nuestras expectativas no siempre se materializarán como imaginamos.
Querido lector de estas diarias reflexiones, la vida se despliega ante nosotros como un viaje continuo, y es en el presente donde verdaderamente podemos encontrar la plenitud y la felicidad.
Aquí y ahora.
Bendecido viernes.
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