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¡Nos vamos a Guadalajara¡, gritaba jubiloso el Conta mientras mostraba orgulloso el respectivo oficio de comisión, en tanto Manuelito lo veía de reojo sin poder ocultar la envidia que lo invadía pues ese viaje era la excusa perfecta para una buena peda a base de tequila, por su parte el doble pechuga apuraba al contador (de adeveras) a fin de que les consiguiera un buen vehículo para el traslado, “vieja llego tarde, voy a pasar a COPPEL por unas garras para apantallar a los jalisquillos” comentaba por celular el Conta. Y es que la referida comisión era por dos días y en esta se contemplaba además del representante social y su auxiliar, al súper policía de esa unidad, que dicho sea de paso de inmediato tomo el mando de la “julia” en que se trasladaron, el CD de Vicente Fernández hizo más ameno el viaje donde no pudieron faltar las aventuras amorosas del Comandante Serralde que arrancaron las carcajadas de los viajantes; después de dos horas y cuarenta y cinco minutos los mencionados pudieron apreciar la majestuosidad de la hermosa Ciudad de Guadalajara, no mames y los charros? Preguntaba el Pechugón, que ante el silencio y la risa contenida de sus acompañantes reculó y dijo que era una broma, pero las risas se esfumaron cuatro horas después ya que se dieron cuenta que se habían perdido en la ciudad, optando por pagar un taxi para que los guiara a la Fiscalía de esa Entidad, ¡Pinche Serralde, no que conocías bien Guadalajara” le recriminaba El Conta, si mi Lic., si conozco, pero por el Google, le reviraba el Investigador Policial, mientras se internaban en el edificio oficial, sin embargo de inmediato fueron interceptados por un Policía local quien prepotente preguntó, “ASUNTO”,…hem, he, si, ammm, bueno, balbuceaba El Conta, somos de la Fiscalía de Michoacán y veníamos ha…!VENÍAN O VIENEN¡ interrumpió el arbitrario policía,.. venimos, perdón, venimos, atajó esta vez el Doble Pechuga, “NOMBRES” inquirió de nueva cuenta el oficial, Miguel Ángel López Ortiz, respondió con timidez El Conta, mientras su interlocutor ingresaba el nombre en una base de datos…no pasaron ni cinco segundos cuando el altanero policía grito “GUARDIAAAS”, y estos como salidos del comercial de galletas Emperador, le cayeron como aboneros en quincena al aterrado Contador,… levante las manos, tírese al piso, no se mueva, no haga ningún movimiento sospechoso, entréguese, no oponga resistencia… le gritaban mientras era derribado al suelo ante la insólita mirada de sus acompañantes que discretamente se alejaron de la escena, aguanta Conta, le grito Serralde; ahorita checo ese tema, el coordinador de la policía de aquí es amigo…del compadre del chofer del primo, de un cuate que conocí hace 20 años que estuve en el gabacho. Y así, pasaron las peores cinco horas en la vida del Conta, quien, confinado en una pestilente celda, solo recibió una desabrida torta de milanesa que según sus propias palabras le sabia a cartón mojado. ¿El delito imputado?, Evasión de presos, mismo que en todo momento fue negado por el acusado, quien angustiado suplicaba que lo checaran bien, finalmente el Comandante Serralde tuvo a bien hacer su aparición solo para tratar de sacar provecho de la situación, ya está mi Lic. le decía al acalambrado Conta, “ya nos van a dar la atención, acabo de conectar a unas nenas que trabajan aquí y con ellas se aclara esto, nadamas hay que dejarles una propina mi Lic., poco, digamos unos diez mil pesillos” decía mientras se acariciaba su escasa barba, para enseguida retirarse guiñándole un ojo en señal de que todo estaba bien.
“MIGUEL ANGEL LOPEZ ORTIZ” se escuchó minutos después por la rejilla de la mal oliente celda, soy yo respondió tímidamente El Conta, estas libre, usted disculpe se trató de un homónimo, pero había que estar seguro “señor licenciado” le notificaba un funcionario local…la salida fue como en cámara lenta, según el propio Conta, que después de esa amarga experiencia hasta se olvidó que fueron a Guadalajara a realizar…una diligencia.
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