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miércoles, 24 de enero de 2024.-En un paso significativo hacia la obtención de la nominación republicana para los EE. UU. Presidencia, Donald Trump se aseguró la victoria en las primarias de New Hampshire con el 54,84 % de los votos, dejando a su principal rival, Nikki Haley, a la zaga del 43 %. Esto marca la segunda victoria consecutiva de Trump después de las primarias de Iowa hace diez días. La historia indica que ningún candidato republicano que haya ganado las dos primeras primarias se ha perdido la nominación presidencial del partido.
En los próximos días y semanas, se espera que Haley se enfrente a una intensa presión de los líderes republicanos para retirar su candidatura. La exgobernadora de Carolina del Sur y ex embajadora de la ONU, nombrada por el propio Trump, ha insistido en que no va a renunciar, afirmando: «Esta carrera está lejos de terminar», después de los resultados de New Hampshire. Mientras tanto, su campaña ha anunciado una inversión publicitaria de 4 millones de dólares en Carolina del Sur, donde las primarias se llevarán a cabo exactamente dentro de un mes.
A pesar de la ventaja dominante de Trump, la medida de Haley de invertir mucho en publicidad es crucial, especialmente porque las encuestas muestran actualmente que Trump tiene una ventaja sustancial de 30 puntos en Carolina del Sur. Lo que está en juego es mayor dado que Haley nació y creció en el estado, construyó su carrera política allí y se desempeñó como su gobernadora hasta que Trump la nominó para el papel de las UN. El reciente respaldo de Trump a destacados funcionarios electos de Carolina del Sur ha amplificado aún más el desafío para Haley.
El presidente Joe Biden reconoció el dominio de Trump dentro del Partido Republicano, afirmando: «Ahora está claro que Donald Trump será el candidato republicano». El plan inicial de Biden para lanzar su campaña en abril, centrándose en la economía, ha cambiado debido al éxito de Trump en las primarias y al atractivo mediocre del actual presidente. Con la victoria de Trump en New Hampshire, Biden ya ha comenzado a hacer campaña, haciendo hincapié en Trump como su principal oponente.
Si bien el triunfo de Trump subraya su influencia entre la base del partido, los resultados de New Hampshire revelan una división entre los acérrimos partidarios republicanos y el resto del electorado. Esta división plantea desafíos, ya que el atractivo de Trump resuena principalmente con su base central, mientras que ganar a los republicanos de centroderecha y a los votantes indecisos sigue siendo un obstáculo. Los «nunca triunfadores» siguen siendo una minoría, pero representan una facción que se opone con vehemente a Trump, por lo que es poco probable que lo apoyen.
La situación indica una vulnerabilidad potencial para Trump, especialmente cuando se consideran los desafíos legales que podrían afectar a su base de votantes. Sin embargo, la ventaja de Trump radica en enfrentarse a un oponente débil percibido en Joe Biden, cuya estrategia de campaña se centra cada vez más en describir a Trump como una amenaza para la democracia.
El enfoque poco convencional de Trump siempre ha desafiado la norma, y la pregunta sigue siendo si girará hacia el centro para ampliar su atractivo. A pesar de asegurar victorias, las debilidades de Trump, incluida la resistencia de los republicanos moderados y los independientes, pueden plantear desafíos en un contexto electoral más amplio. Si Haley puede aprovechar estas debilidades a su favor y prolongar el proceso de nominación sigue siendo incierto.
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